miércoles, febrero 28, 2007

Extreme downhill mountain bike

Mountain Bike (Trials Bike) Trickster - Danny Macaskill

Qué control de la bicicleta!

miércoles, febrero 07, 2007

Galería del campamento en el Nevado Colima




















El pasado 4 y 5 de febrero se realizó el 1er campamento del año 2007, que se dió lugar en el Nevado de Colima.

martes, febrero 06, 2007

Narración de la travesía al Volcán Paricutín

El poder de un colosal volcán en plena actividad, ha de ser un fenómeno impresionante, pero lo que les sucedió a los habitantes de San Juan Parangaricutiro, Michoacán en el año de 1943 fue algo inexplicable.

Los lugareños de un pequeño pueblo llamado San Juan Parangaricutiro vieron nacer al volcán Paricutín en 1943, del pueblo mencionado, sólo quedó sin daño alguno la fachada de la Iglesia junto con el campanario y el altar mayor.


Este acontecimiento milagroso ha atraído a muchas personas de diferentes partes del país y del extranjero; así como de personas aficionadas a la fotografía, especialistas en el estudio de fenómenos naturales y de deportistas.


El suscrito y tres personas expertas en el ciclismo de montaña amigos del Pentathlón, decidimos en realizar una excursión hasta llegar al cráter del volcán, para apreciar de cerca este acontecimiento tan maravilloso.


El punto de reunión fue a las 4:00am en el cruce de av. Guadalupe y Anillo Periférico (Guadalajara). Tomamos la carretera en punto de las 4:30am después de haber saboreado un café del Seven Eleven.


Llegamos cerca de las 10:00am a San Juan Nuevo, que fuera fundado por los habitantes después de haber desaparecido por la erupción San Juan Parangaricutiro. Decidimos buscar algún lugar dónde desayunar, pero no contábamos que era 1ro de diciembre, día en que no se trabajaba por la toma de posesión de nuestro presidente de la república Felipe Calderón; preguntando a la gente de algún lugar que pudiera estar abierto, dimos con un restaurancito atendido por indígenas a un costado del mirador de Angahuan; desayunamos unas sabrosas quesadillas con tortilla negra y salsa de tomate y un chocolate caliente.


A las 11:30am fuimos al vehiculo que nos trasladó de Guadalajara a Michoacán y nos alistamos para iniciar un exhaustivo día.

Para mi mala suerte no habíamos avanzado ni 500 metros y ya había ponchado una llanta de mi bicicleta, por un momento en mi mente pensé, lo que mal empieza, mal acaba. Después de haber reparado la bicicleta emprendimos la aventura.

Desde el mirador de Angahuan se alcanza a ver perfectamente el alcance de la lava, las ruinas de la Iglesia y al fondo el misterioso volcán Paricutín.
En diez minutos llegamos a las ruinas de la Iglesia, que en lo personal me impactó tanto que tomé más de 80 fotos. En el lugar había personas de España y de Francia quienes supieron de este sitio vía Internet. Desde ese punto se apreciaba muy cerca y claramente el silencioso volcán. Pero para mi fortuna, esa cercanía que aparentaba, se convirtió en un largo y lóbrego camino de más de 20 km.


Saliendo de las ruinas, cruzamos una brecha la cual es utilizada en Semana Santa y Pascua, para llevar a cabo el vía crucis. Bordeamos la lava yéndonos hacia el bosque que le daba un parecido a la Primavera y seguir con la travesía.


Saliendo de la vereda del bosque dimos con un arroyo de temporal, el cual era ceniza con arena, ya se imaginarán andar en bici en ese lugar, dabas un pedalazo y te hundías, y si te bajabas de ella, era como caminar sin avanzar nada; serían aproximadamente las tres de la tarde y ya me había tomado más de un litro de agua, tenía hambre y seguía viendo el volcán tan cerca que todavía nos faltaban 10 km por recorrer.


Para eso de las 5 de la tarde, llegamos a una explanada del tamaño de tres canchas de futbol soccer, y al fondo lo más esperado de nuestra aventura… el Volcán Paricutín! como un gigante descansando. Por cierto las piernas ya no las sentía, el estómago me pedía comida y la piel se volvía rojiza por exponernos tanto tiempo al sol; y faltaba subir el volcán. Pero por mi mente pasó una pregunta que considero retadora- ¿Vienes desde lejos, para no subir el volcán? Entonces, dejamos en las faldas del volcán todo, bicicleta, casco, guantes, todo lo que nos pudiera estorbar para subir.


Iniciamos el ascenso, literalmente me atrevo a decirles que subías tres pasos y regresabas dos, porque todo el volcán estaba formado por piedras pequeñas y ceniza, llegando al cráter, fue lo mejor, el objetivo fue alcanzado!!! Ver desde el cráter el atardecer, ver el cono del misterioso cráter y a un costado del crucifijo que se encuentra ahí, es una sensación de libertad, de fuerza, de motivación personal, de reflexión y con mi playera con el escudo del Pentathlón mojado por el sudor.

No me van a creer estimados pentathletas y lectores, bajamos en menos de 10 minutos del volcán.


Entonces ya eran las 6:30 pm y ya estaba casi oscuro y faltaba el regreso. Tomamos el mismo camino de ida, pero ahora de regreso.


A las 7:30pm nos cayó la noche en el bosque, el clima ya estaba por debajo de los 10°c, y llevábamos apenas 7km recorridos, faltaban solamente 12km. Empezaba a escasear nuestra ración de comida y agua. A partir de este momento los cuatro caímos en un estado de silencio total, solo se escuchaba el rodar de las bicicletas y el torcer de la cadena al hacerse los cambios.


Serían las 9 de la noche y ya estábamos cerca de las ruinas de la Iglesia, la única luz que nos hacía ver parte del camino era la que irradiaba la luna.


A las 10 de la noche exactamente, exhaustos y sedientos llegamos al restaurancito que por cierto estaba abierto, inmediatamente dejamos las bicicletas; entramos y pedimos cuatro órdenes de carne asada y quesadillas con tortillas recién hechas y un café.


A las 11:30 de la noche partimos a Guadalajara; sin novedades en el camino, llegamos mientras la mayoría de la gente dormía, a las 4am.