domingo, octubre 01, 2006

LECCIONES QUE SE APRENDEN


Por: Rodrigo

Personas que disfrutamos este deporte a nuestra manera, en realidad somos gente común que salimos a pedalear con nuestras bicicletas por cualquier lado los fines de semana, no importa si es pavimento, barro, montaña, planicie, con lluvia, sin lluvia, calor o frío siempre tratamos de que esta actividad sea lo más placentera para todos los que nos acompañan en nuestras rutas.
Les voy a contar una aventura que vivimos dos compañeros y yo…

Un frio domingo el grupo de ciclismo de montaña del Pentathlón se reunió temprano en la mañana en la entrada principal de la UAG, para llevar a cabo nuestra ruta de los domingos, rumbo al bosque de la primavera íbamos platicando sobre aventuras, anécdotas, y planes que teníamos para el futuro.

Llegando a la primavera bajamos nuestros caballos de acero y demás equipaje que llevábamos. Como siempre no faltaba aquel que se le había olvidado el casco, agua, lentes, etc.

Ya que bajamos todo el equipaje, emprendimos una ruta llamada ANTENA 2 aproximadamente 15 km de distancia; me pusieron a la retaguardia junto con dos compañeros mas, llegó el momento donde por habernos quedado platicando nos atrasamos como por 2km, seguíamos pedaleando y parecía que nunca llegábamos a nuestro destino, la Antena.

Seguíamos avanzando al mismo tiempo en el que disfrutábamos del fresco aroma natural del bosque, después de haber avanzado mucho llegamos a una parte del camino que se dividía en dos, nos quedamos discutiendo sobre qué camino íbamos a tomar y tomamos la decisión de tomar el camino de la izquierda, conforme íbamos avanzando el camino se hacia cada vez mas tenebroso y solitario, seguimos como 1km y llegamos a un lugar donde no había mas camino por recorrer.

En ese momento pensamos lo peor, nuestra sangre corría cada vez más rápido por nuestras venas. En nuestra estancia en ese lugar tan solitario mis compañeros Luis, Moy discutimos si seguir o regresar. Estábamos tan cansados y asustados que tomamos la decisión de regresar.

Mientras subíamos apresuradamente Luis y yo, nuestro compañero Moy tenía dificultades con su bici para continuar con la rocosa subida.

Llegando a la división donde inicialmente nos desviamos, nos quedamos esperando la llegada de algún ciclista para preguntarle cual era el camino correcto. Cuando llego el ciclista le preguntamos y nos dijo que era hacia la derecha.

Nosotros agotados por la gran subida tomamos el camino de la derecha, llegamos a nuestro destino y nos dimos cuenta de que ya no estaban nuestros compañeros, le preguntamos al ciclista que si había visto a nuestros compañeros y nos dijo que si.

Bajamos apresuradamente para alcanzar a nuestros compañeros, durante el regreso nos encontramos a nuestro oficial Arturo, quien venía de regreso para buscarnos, muy enojado que se encontraba; ya que nos había comisionado como retaguardia nos regañó por habernos quedado platicando y demorarnos tanto tiempo.

Llegamos al ocho y medio el punto de partida para cada ruta en la el Bosque de La Primavera y nos encontramos con nuestros demás compañeros y todos nos preguntaron que había pasado con nosotros, que dónde estábamos.

El Of. Arturo nos dijo unas palabras simples pero muy sabias que nos servirán para toda ocasión que se le parezca: “Ante la duda, quedarse!!!”

Después gracias a Dios, llegamos a nuestros hogares sanos y salvos.

Nos quedo como lección que si vamos como grupo no tenemos por qué separarnos y que ese suceso no nos marque un alto en este deporte tan sano y divertido, que al contrario, nos sirva para que cada vez seamos mejores y que siempre seguiremos fibras hacia este deporte al que admiramos tanto.

Y que aunque nos sucedan cosas como ésta, nunca nos rendiremos porque somos ¡Cuerpo de Ciclismo de montaña que nunca desistirá!

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola soy rodrigo oye le mande la pagina a algunos compañeros pa" ver si les interesa entrar